domingo, 31 de julio de 2016

Puestos a imaginar, 2

El verano si algo tiene es que uno se entera de las conversaciones de vecinos. Antaño, cuando mis abuelos maternos vivían en la casa de al lado, nuestras paredes eran fronterizas, si discutían iba a la cocina a buscar en un vaso, sin agua, lo pegaba a la pared, ponía el oído y escuchaba a mis abuelos.  Lo más rápido hubiera sido cruzar el pasillo y meterme en la discusión,
Ana Tapias